Una crisis es tiempo de ideas, tiempo de cambios.
Hablando con muchos de nuestros clientes y amigos, surge una misma pregunta. ¿Qué podemos hacer? La crisis que estamos viviendo es muy diferente y compleja.
Tenemos que seguir siendo productivos aun con el freno en la economía provocado por la cuarentena. Por supuesto, atiende una primera necesidad de no colapsar el sistema de salud y así, se pierda la menor cantidad de vidas.
Pero la crisis por el coronavirus es solo parte del problema, la crisis financiera mundial provocada por el conflicto petrolero entre Rusia Y Arabia Saudita es como un virus igualmente letal, que atenta contra la vida de muchas empresas.
Ciertamente no estábamos preparados para el COVID-19 o Coronavirus, y hay poco en nuestras manos con relación al asunto petrolero, pero estas crisis no son como las anteriores, no podemos y no debemos resolverlas como las anteriores. El mundo cambió, y aunque esto quizá no es nuevo, si es noticia para muchos, estamos más preparados de lo que muchos creen.
Me explico, llevamos aproximadamente 3 décadas preparándonos consciente o inconscientemente en un proceso de transformación digital.
Inconscientemente, hemos consumido cómodamente de esta transformación desde hace mucho, quizá aun nos sorprenden tantos avances tecnológicos, su ubicuidad y cómo van ganando presencia en nuestro día a día. Por otro lado, conscientemente, una gran mayoría aún se niega a dejar atrás las viejas formas de hacer las cosas, como siempre lo han hecho, porque bien o mal siguen funcionando.
Disfrutamos de los avances tecnológicos para entretenernos, pero nos aterra iniciar proactivamente un proceso de transformación digital en nuestras empresas porque tenemos miedo a cambiar, a lo desconocido, a tomar riesgos, a competir abiertamente en un mercado global, abierto las 24 horas, a clientes con mayor conocimiento y la exigencia de un mundo que se mueve a otra velocidad.
Hoy, obligados por dos amargas crisis que no sabemos qué tanto, pero ya dan señales que va a cambiar nuestras vidas para siempre, quizá llegó la hora de afrontar las crisis de una manera diferente. Hoy más que nunca, pongamos buena cara al mal tiempo, tenemos razones para hacerlo.
Hacer las cosas de manera diferente, obligadamente es, de manera creativa.
Las increíbles herramientas a las que hoy tenemos acceso realmente pueden ayudarnos, es más, creo que ya nos está ayudando a que los efectos de esta crisis realmente sean menos catastróficos. Pero las herramientas no son suficiente, hay que cambiar nuestra mentalidad, nuestra actitud y aunque suena muy trillado, es hora de emprender con nuevos paradigmas.
El primer paso para iniciar un proceso de transformación digital, no es llenarse de tecnología, pantallas y redes sociales, sino hacer un ejercicio para realmente identificar quien es nuestro cliente, cuáles son sus necesidades y reconocer si nuestros productos y servicio resuelven dichas necesidades, y adicionalmente le generan valor a través de una buena experiencia en todas las etapas del proceso de compra.
Algo que esta crisis nos está regalando es un poco de tiempo, usemos parte de este tiempo para reflexionar con atención sobre quién es realmente nuestro prospecto ideal de cliente, a quien queremos atender, a quien realmente podemos cubrir sus necesidades con una gran experiencia, a tal grado que se convierta no solamente en un cliente recurrente o leal, sino satisfecho a tal grado que por sí mismo esté dispuesto a recomendarnos porque confía en nosotros, y en nuestra habilidad para resolver necesidades como las que él o ella tiene.
Ninguna agencia o consultor va a conocer más a tu cliente, ni imaginar quien podría ser el perfil de cliente ideal para tu empresa, mejor que tú mismo y/o, si es el caso, tu área comercial, tus áreas de atención posventa -sobre todo quienes tienen que recibir las quejas-, etc., habla con ellos, haz entrevistas y encuentra detalles increíbles que normalmente pasan desapercibidos.
Una vez que has identificado al nicho al cual deseas y puedes servir, es decir, que conoces tanto el perfil del cliente, como también tienes una idea clara del tamaño/volumen de personas que comparten ese perfil, es momento de definir cómo los vas a servir.
Identifica, de las herramientas que utilizas hoy en día, cuáles te pueden ayudar a iniciar una comunicación con ese nicho de mercado. Qué herramientas necesitas en tu empresa (digitales o no) para hacer llegar tu producto o servicio a esa audiencia mejorando o haciendo más placentera la experiencia de hacer negocio o comunidad contigo.
No importa si vendes casas, tienes un restaurante, un taller, una casa de materiales, ofreces servicios profesionales de cualquier tipo, o eres una agencia de autos, servicios financieros, incluso una escuela o incluso, perteneces a una iglesia y tu servicio es religioso, la realidad es que hoy con la extensión del mundo físico al mundo virtual, la comunicación ilimitada por cualquier medio, los procesos de automatización, la banca electrónica, las soluciones logísticas, la geolocalización, etc., aplicadas a tu oferta de valor, pueden crear posibilidades completamente nuevas para una gran parte de los sectores productivos.
La mayoría de las empresas que repentinamente nos sorprendieron en su novedad, y hoy utilizamos día a día, iniciaron con una inspiración similar, quizá sin una crisis global, pero ciertamente muchas iniciaron por una crisis personal, o en su negocio, o en su mercado, supieron empatizar con personas que buscaban una solución, ellos la identificaron y la supieron atender.
Haz lo mismo para tu negocio, canaliza esta crisis del coronavirus para alimentar tu creatividad, confía en que con tu conocimiento y tu experiencia puedes salir exitoso.
¡Ánimo! podemos sacar algo muy bueno si aplicamos nuestra creatividad e iniciamos un camino de transformación digital.
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